Cansancio, miedos, agotamiento, curas, dudas, ¿dolor?
Llanto, bebé, pañales, ombligo, ¿pendientes?
Emociones intensas, oxitocina que va y viene, maternar, lactancia ¿materna, mixta o artificial?
Depresión, euforia, sueño, pareja, malestar, amor, sexualidad… ¿SEXUALIDAD?
¿Visitas? ¿Colecho? ¿Coge suficiente peso?
Cuidado, apego, afecto.

Seguro que leyendo todo esto sabes perfectamente a qué me refiero.
PUERPERIO.
El postparto es una de las etapas de la vida reproductiva de la mujer que más nos puede remover y afectar, para bien y para no tan bien.
Con la llegada de un bebé, de manera especialmente acentuada si es el primero, se producen una serie de cambios biopsicosociales muy significativos. El cuerpo ha variado y hecho un gran esfuerzo para gestar y hacer llegar a una criatura; nuestro cerebro se ha transformado; nuestras hormonas fluctúan provocando un baile arriba y abajo que puede costarnos comprender; nuestra relación de pareja (si la hay) ha evolucionado casi sin darnos cuenta.
La vivencia que cada mujer tiene de esta etapa de su vida es única e individual. Algunas lo viven con mucho gozo y gran felicidad. Otras no consiguen conectar tan fácilmente con esas emociones tan placenteras. Otras, incluso, pueden sentir emociones relacionadas con la tristeza y la apatía.
Todas estas tesituras son frecuentes y normales; a veces incluso se dan todas a la vez.
Y con tantos cambios y emociones, vengo yo a hablarte de sexualidad en esta etapa.
¿Estoy loca?
No, corazón. Estoy cuerda.
El postparto es sexualidad, PURA Y DURA.

Hablemos de algunos datos que nos arrojan las investigaciones sobre cómo es la sexualidad durante el postparto.
Se ha detectado que en esta etapa pueden aparecer y desarrollarse disfunciones sexuales, con una mayor prevalencia las dificultades relacionadas con dolores en las relaciones sexuales y con la disminución del interés en las relaciones sexuales o del deseo sexual, siendo esta última la más frecuente.
Aproximadamente, el 60% de mujeres perciben que en esta etapa se ha deteriorado su vida sexual.
Algunos de los cambios que pueden suceder en el postparto son:
– Cansancio, estrés y/o sintomatología ansioso-depresiva.
– Alteración del sueño (o más bien, falta del mismo).
– Cambios hormonales repentinos en comparación al embarazo.
– Temor al dolor en las relaciones sexuales.
– Toda la atención y esfuerzo se focaliza en la criatura recién nacida.
– Alteraciones en la musculatura del suelo pélvico.
– Sequedad vaginal.
– Disgusto con el propio cuerpo y cambios en la autopercepción.
– Cambios sociales, disminución del ocio, cambio de rutinas.

Algunos estudios indican que el tipo de parto va a afectar a la manera y el tiempo en que las relaciones sexuales se van a reanudar. Si bien es cierto que se encuentra cierta relación, desde el punto de vista sexológico las investigaciones tienen una perspectiva muy coitocentrista. Hacen referencia a la reanudación de la sexualidad relacionándolo únicamente con la penetración vaginal. Sin embargo, la sexualidad es mucho más que eso.
La sexualidad también son las caricias, los afectos, los besos, las fantasías, la relación amorosa, la comunicación, la excitación, la ternura, hasta la propia lactancia.
Lo que las sexólogas tenemos claro es que, el postparto, en sí mismo, es sexualidad y que no se ve interrumpida en ningún momento.
Ahora bien, algunos aspectos de la misma pueden verse o sentirse “suspendidos temporalmente”.

HABLEMOS DEL DESEO SEXUAL EN EL POSTPARTO
Todos los cambios de los que hemos hablado pueden afectar considerablemente al deseo sexual en estas semanas o meses.
Al final, es más que evidente que todo el tiempo que teníamos para nosotras individualmente y para la pareja (si la hay) se ha visto reducido o, incluso, extinguido.
No tenemos tanto tiempo para los autocuidados ni para cultivar nuestra erótica, por lo que es difícil que esta aparezca mágicamente sin más.
Además, el cansancio y el estrés son dos de los factores psicológicos que más alteran al deseo sexual, tanto en el postparto como en cualquier etapa de la vida.
Otros factores, como cicatrices del parto o cesárea, cambios físicos, molestias, miedo al dolor, alteraciones en la musculatura pélvica y otras preocupaciones deterioran aún más si cabe la libido y el apetito sexual.

¿Y QUÉ PASA CON LA LACTANCIA Y LA VIDA SEXUAL?
El tipo de lactancia elegido influye en la vida sexual, el deseo y la fertilidad, entre otras cosas.
Concretamente, cuando hay lactancia materna exclusiva (o mixta) se mantiene un estado hormonal en el que los niveles de estrógenos son bajos para evitar la ovulación, y así no quedar otra vez embarazada.
¿Para qué? Es un mecanismo biológico evolutivo enfocado en que la madre pueda dedicar todo su esfuerzo y dedicación a cuidar de una criatura que todavía está muy indefensa en el mundo que le rodea.
Esta disminución tan acentuada de estrógenos puede ser la responsable del estado de tristeza puerperal y de la disminución de la lubricación vaginal.
Otro cambio hormonal relacionado con la lactancia materna es el incremento de los niveles de prolactina, la hormona que se encarga de la producción de leche. Esto es genial para la lactancia materna si es tu opción, pero esta hormona suele ser la mayor “enemiga” del deseo sexual, ya que con su incremento se desploman los niveles de testosterona (hormona que aumenta la libido).
Por último, otro cambio hormonal significativo tiene que ver con la oxitocina. Pero antes de contarte qué pasa, voy a explicarte en qué momentos esta hormona eleva sus niveles. Se la conoce como la hormona del amor, se libera con el orgasmo, durante el enamoramiento, durante el parto y mientras se da el pecho (entre otras ocasiones). Dado que la oxitocina provoca la subida de leche, a veces coincide que suceda durante las relaciones sexuales. Esto no es un inconveniente para mantenerlas, aunque a algunas personas les puede resultar incómodo, según apuntan las investigaciones.

“No me gusta mi cuerpo”
¿CÓMO SENTIRSE SEXY TRAS PARIR?
Los referentes de postpartos que siempre hemos tenido no se terminan de corresponder con la realidad de un cuerpo que necesita bastante tiempo para recuperarse.
Tras el parto, el cuerpo no vuelve a ser “el que era”; y tampoco deberíamos buscarlo. Nuestro cuerpo ha creado vida, ha alojado a nuestra criatura, ha tenido el poder de gestar y dar a luz.
Puede que nos cueste reconocer en el espejo los cambios en el abdomen, los pechos hinchados, las estrías y la piel distinta.

En este punto, y en los anteriores, es FUNDAMENTAL, que dejemos atrás las expectativas del cuerpo que creemos que deberíamos tener, del sexo que deberíamos practicar y de todas las autoexigencias que deberíamos cumplir. Poco a poco las cosas irán volviendo a su cauce: tu cuerpo poco a poco irá transformándose, tus hormonas regulándose, tu deseo evolucionando.
Tu sexualidad se ha transformado, pero no ha desaparecido. Busca la manera de conectar, de amar, de cultivar los afectos, el cariño y las caricias; los espacios de relativa tranquilidad y calma, las sonrisas y la comunicación; los breves ratitos de autocuidado a tu mente y tu cuerpo
Tu cuerpo es un templo, y tu postparto es tuyo. Vívelo a tu ritmo y a tu manera.
Y si me necesitas para cuidar tu erótica y comprender mejor tu sexualidad, dame un silbidito y pide cita conmigo ☺